domingo, noviembre 05, 2006

OSCURIDAD Y RUIDO
Y llega el lunes y el martes, y la noche del martes. Ahora, descanso en una cama de aspecto oriental; Me parece que es de una madera fina, o por lo menos eso se pretende aparentar. El lugar es muy reducido: Creo que no mide más de 3 metros, esto por que solo hay espacio para la cama y una jarra de agua. Duermo apaciblemente. Sin embargo, todo cambia sin previo aviso; a la habitación entra un individuo, que si trato de recordar, o de presumir, se parecía al conserje de mi antigua oficina. En adelante todo es oscuridad y ruido.

-Oscuridad y ruido, en eso se han convertido mis sueños.- le dije a un psicoanalista muy anciano que visité hace bastante años atrás. Creo que Fabian era su nombre. - La oscuridad es sinónimo de ignorancia, maldad, muerte y miedo de lo desconocido- me explicaba. Yo trataba de estar atento a sus palabras, pero poco lo lograba. De un momento a otro, me di cuenta que solo pensaba en las ganas de devorar una pizza en el local de Don Nino. Ese fue mi paso por el psicoanálisis; perdida de tiempo y de dinero, que en esa época me era muy escaso.
Esa noche debo haber tenido el sueño más extraño de todos los que tengo memoria. Estoy nuevamente en la consulta del octogenario doctor. A diferencia de lo ocurrido en la realidad, me encuentro muy atento a sus palabras; o eso intento, por que su voz es casi imperceptible. Mientras habla su rostro toma una luminosidad resplandeciente, lo que me produce un estado de júbilo inexplicable. Sin aviso, su voz se convierte en un ensordecedor ruido que ocupa cada espacio de la sala, intento taparme los oídos, mas mis brazos no responden. Nuevamente todo culmina con oscuridad y ruido.

-Creo que esta oscuridad y este ruido, se remonta a mi época escolar, púber posiblemente, en la cual empezaba a tener mis primeros sueños húmedos con mis compañeros del internado, en especial con Joao Miura. Joao era un Bruselense muy alto, delgado y con unas facciones que mezclaban rasgos caucásicos, con pinceladas de orígenes argelinos provenientes de su parentela materna. El sueño era bien simple: Estoy en una cama, al parecer de mis padres, viendo como Joao se desviste (no pretendo entrar en pormenores más libidinosos), repentinamente todo se confunde. Joao pasa a tener el rostro de mi padrastro, mientras es degollado por una mujer muy gorda y de rostro sulfurado. En adelante todo es oscuridad y ruido.

-Jorge Quintas, casado y con un gordo y horrible hijo, ha sido el único amigo al cual me he atrevido a contarle de mis sueños llenos de oscuridad y ruido. De él solo puedo rescatar una sola virtud, y creo que fue por lo cual se gano mi amistad: su insuperable y exquisito gusto por los pantalones ajustados. Obviamente ese pequeño, pero importante detalle, incito a que tuviéramos más de un encuentro en la oscuridad de nuestros dormitorios… hecho que haría revolcarse en sus sepulcros a más de un casto y pío padre encargado, en esos tiempos, de velar cada noche por nuestro querido internado.
Jorge tiene el rostro más impávido que he conocido; por lo que era absurdo, y más aún, imposible dilucidar si realmente escuchaba lo que pretendía revelarle. Le narré con lujo de detalles, cada uno de los sueños que recordaba. Producto de lo incomodo que se estaba tornando la conversación, decidí cambiar radicalmente tema:

- ¿Eres feliz, Jorge?
- Claro -murmuro, no demasiado convencido.
- Feliz… ¿Con respecto a que, Jorge?

No hubo respuesta; pero su rostro, imperturbable aún, empezó a empaparse y enrojecerse de tal manera, que decide marcharme antes de verlo explotar en mil pedazos.

-Después de muchos años de no saber nada de Jorge, me encontré con su mujer y su horrible, pero ahora delgado hijo. Me pusieron al tanto de todo: Jorge, Había muerto 7 meses atrás producto de una neumonía fulminante. Murió solo. Su señora lo había abandonado dos años antes. Me pareció notar un cierto dejo de sarcasmo en la forma en que la mujer relataba la historia.

-He cumplido hace unos días 73 años. Mis sueños llenos de oscuridad y ruido han desaparecido, pero mi ceguera aumenta día a día. Vivo en un edificio en pleno centro de Palermo, no me quejo, espero tranquilo mi último respiro. Cada cierto tiempo un joven apuesto me visita; me relata de su vida nocturna y sus tantos planes de convertirse en una estrella de rock. Yo solo lo observo y en algunas ocasiones dejo caer una lágrima que le produce una gran carcajada.
Los sueños se han ido, es cierto; Ahora… mi vida está llena de oscuridad y ruido.


Daniel Johnston - Dream Scream
-Trailer The devil and Daniel Johnston-


Posteado por Cronopio a las 4:21 p. m. -